ASÍ EMPEZÓ SEDA DE CACTUS

Es curiosa la atracción que la cultura árabe ha tenido en mi desde bien pequeña, mi cuento preferido era “El cofre volador” de Hans Christian Andersen, lo leía prácticamente cada noche, antes de acostarme. Aunque creo que lo que me atraía del cuento eran los dibujos de palacios de ensueños, de palmerales y zocos llenos de vida. Fui creciendo y para carnaval, siempre pedía disfrazarme de bailarina de danzas árabes…y llegó la universidad, y mientras cursaba mis estudios de Filología Hispánica, escogí árabe como segunda lengua y su literatura.

Llegó el momento de conocer a mi marido, con su afición al mundo del motor y sus viajes a Marruecos para realizar raids y rallies. Cada vez que volvía de uno de sus competiciones me decía: tienes que venir conmigo, te va a encantar. Y cuando llegó mi 30 cumpleaños, no me pudo hacer mejor regalo: una escapada romántica a Marrakech!

A la que puse un pie en Marruecos, sentí unas mariposas en el estómago que nunca había percibido cuando había viajado a otros países o continentes.

Cada imagen que entraba por mis ojos, me fascinaba, me despertaba curiosidad, todo tan diferente! No sé decir qué es lo que más llamaba mi atención, si era su arquitectura característica, sus colores, la hospitalidad de su gente, su gastronomía, su paisaje…